Las Smart Cities se están convirtiendo poco a poco en una realidad. Cada vez son más las ciudades que apuestan por un modelo inteligente de gestión de sus recursos. La progresión lleva a pensar que en 2050 la población urbana llegará a ser un 70% de la población mundial total. Administraciones públicas a todos los niveles llevan tiempo trabajando para conseguir ciudades más manejables, más sostenibles, y adaptadas a las necesidades de todos los ciudadanos. La cantidad de recursos y servicios a administrar aumenta, así como su demanda, y la necesidad de adaptarse a nuevos requerimientos, como por ejemplo, la aparición de flotas masivas de coches eléctricos, de sistemas distribuidos de generación de energía renovable, de nuevos sistemas de transporte (y la mejora continua de la movilidad ante el aumento de habitantes), la integración de servicios transversales y de nuevas redes de datos, la necesidad de aprovechamiento de infraestructuras existentes, o la conexión permanente a todos los servicios tanto de usuarios como de administradores de la ciudad y sus recursos.